Por Magui Lamón

Miles de críticos de arte alrededor del mundo se llenan la boca de alabanzas al describir y justipreciar la calidad y el valor de aquellas obras que encajan en la línea creativa que denominan como Arte Conceptual. En los últimos días hasta se animaron a decir que una banana pegada con cinta de embalaje a una pared es una obra maestra que representa una aguda crítica al arte contemporáneo. ¿Con qué ojos miran estos críticos dichas obras y en particular a esta banana que antes que tarde se va a pudrir en la pared por la justiciera acción de bacterias y hongos a los que pareciera no impresionarlos que una fruta pegada con cinta sea calificada de “obra maestra” ?. La curiosidad hizo que me pregunte si estos críticos de sensibilidad tan exquisita son en realidad unos BANANAS que ven lo que no hay, para influenciar sobre un mercado del arte que “compra”, sin dudar, los dichos de estos mismos críticos que, sin avergonzarse y sostenidos en una llamativa soberbia, califican a una banana pegada con cinta de super obra genial que el mercado especulativo valúa en seis millones y medio de dólares.

Les cuento que a un conocido mío le pegaron su banana con cinta de embalar a tres metros de altura con él colgando del extremo de la banana y aunque grita de dolor y pide ayuda a gritos paraque lo bajen de la pared para acabar con su suplicio nadie, pero nadie, lo socorre ante el temor de arruinar una obra de arte en la creencia de que su dolor “bananístico” vale algo. Lo llamativo es que aún no recibió oferta alguna por su banana encintada. ¡ Qué injusto es el mercado del arte !, ¿ no ?. O mejor todavía: ¡ Qué “banana” que es el arte !.